¿Sabes que cuando no tomas ninguna decisión también estás decidiendo?
Estás eligiendo la inacción, y es que hasta cuando no actuamos o no tomamos cartas en el asunto estamos decidiendo quedarnos en nuestra zona de confort.
En este artículo vamos a hablar de las decisiones. Hay decisiones de muchos tipos: Decisiones que tomamos de forma automática, incluso inconsciente y decisiones que tomamos sabiendo que tendrán grandes consecuencias. Tanto las decisiones más diminutas, que suelen ser por defecto como las más decisivas pueden marcar un antes y un después en nuestras vidas.
Hoy en día la sobredosis de información y opciones a la que estamos sometidxs hacen que la tarea de decidir haya aumentado en complejidad. Barry Schwartz habla de esto en su libro ‘La paradoja de la elección’. Antes ibas a comprarte unos vaqueros y las opciones eran: ‘Claritos o oscuros’, ahora tienes todo tipo de formas y cortes, colores y estilos. El exceso de elección nos puede llegar a paralizar. Probablemente con unos vaqueros salgamos del paso, pero cuando se trata de que carrera elegir o con que persona compartir vida, la cosa cambia.
Decidir conlleva un gasto de energía mental y emocional proporcional a la importancia que creamos que la decisión tiene, de ahí que muchas de las decisiones que tomamos a lo largo de un día sean por defecto, de forma automatizada. Sin embargo, hoy vamos a hablar de las decisiones que nos quitan el sueño, de las decisiones decisivas.
Mi objetivo con este artículo es proporcionarte 6 pasos para tomar decisiones decisivas.
Estos son los pasos que vamos a ver:
D – escubre quien quieres ser.
E – xplora posibilidades.
C– omprueba como sienta.
I– magina lo peor y lo mejor.
D– isminuye los efectos negativos previniendo, reparando y preparándote.
E– námorate de tu decisión.
1.DECIDE QUIEN QUIERES SER:
Ante cualquier decisión, hay algo que quieres conseguir. Puede que quieras más de un resultado y que ambos resultados sean incompatibles entre sí. Puede que sea ese el dilema.
Por eso, es importante analizar que hay detrás de lo que quieres: para empezar la primera pregunta sería: ‘En un mundo ideal, ¿qué me gustaría conseguir?’, Seguida por: ‘¿Para qué quiero conseguir eso?’ y de nuevo: ‘¿y para que quiero conseguir eso que conseguiría si consigo lo primero?‘
Una vez que tengas claro lo que quieres sacar de tu decisión, te invito a que transformes la pregunta: ‘¿Qué quiero conseguir?’ por ‘¿Qué tipo de persona quiero ser?’
Esta pregunta te conectará con tu identidad deseada y con tus valores.
Si por ejemplo estás decidiendo entre invertir tus ahorros en una casa nueva o en darte una vuelta por el mundo, lo que quieres conseguir en el primer caso (el resultado) sería: la casa (Estabilidad, certeza) y en el segundo caso las experiencias (Aventura, variedad), pero y si te preguntas: ‘¿Qué tipo de persona quiero ser?’: ¿Segurx or adventurerx? ¿Con cuál te identificas más? Si profundizas un poco en la pregunta, quizás te das cuenta de que quieres ser más social o más independiente. Puede que hayas asociado tener una casa con invitar a tus amigxs a cenar o puede que hayas asociado tener una casa con ser más independiente, y lo mismo con viajar. Puede que viajar sea tu forma de ganar independencia o todo lo contrario, de conocer más gente y hacerte más extrovertidx. En ese caso, la decisión en si misma perdería peso porque podrías ganar esa identidad con ambas decisiones.
Focalizarnos en el tipo de persona que queremos ser nos acercará también a una decisión más alineada con lo que queremos a largo plazo, y no sólo de forma inmediata. Con las decisiones decisivas es esencial explorar las consecuencias a largo plazo tanto como a corto.
2. EXPLORA MÚLTIPLES POSIBILIDADES Y ESCRÍBELAS
En este segundo paso te invito a que pienses fuera de la caja (más allá de lo que conoces y de lo que te han enseñado). ¿Qué otras posibilidades podría haber? Haz una lluvia de ideas, escribe todo lo que se te ocurra. Quizás puedes invertir en la casa, alquilarla y luego irte de viaje con el dinero del alquiler. ¿Qué más posibilidades hay que no habías pensado?
Después de explorar las posibilidades, escribe cuales son las opciones que más te hayan convencido. ¿Qué opciones tienes a la hora de decidir? No te dejes ninguna para poder considerarlas en el proceso.
En este paso es esencial que escribas las opciones para no entrar en bucles de pensamiento cuando estés cerca de decidir. Cuando no ponemos nuestras decisiones en papel aparecen los ‘¿Y si hago esto?’ con opciones que probablemente ya habías considerado mentalmente antes.
3. COMPRUEBA COMO SIENTA
Este es uno de mis pasos preferidos, una vez que tengas una lista de opciones dedícate un día a probar cada una de ellas. Crear una experiencia simbólica de lo que podría ser tomar esta decisión.
No te vas a comprar la casa para probar, pero quizás te puedes alquilar un Airbnb por la zona una noche y pasar el día por ahí viendo a ver como sería la vida si la comprases. Quizás no te puedes ir a Bali para ver que tal pero si que puedes organizar un viaje de un par de días a un sitio que no conozcas y conectar con la persona viajera que llevas dentro para ver que tal te sienta. La idea de este ejercicio es conectar con las opciones de forma experiencial para hacerte una idea de cuales podrían ser los beneficios y consecuencias tanto positivas como negativas de cada opción.
4. IMAGINA LO MEJOR Y LO PEOR
Este paso es esencial para medir riesgos, explorar las consecuencias tanto positivas como negativas de cada una de las opciones y también de la inacción. No esperes la certeza absoluta porque en casi ninguna decisión la tendrás y si eso te paraliza, el miedo decidirá por ti. Te dejo algunas preguntas para acompañarte en este paso:
- ¿Alguna de las opciones me aleja de la persona que quiero ser?
- ¿Qué es lo peor que podría pasar en cada opción?
- ¿Cuáles son las probabilidades que estos desencadenantes pasen en cada caso de 0 a 10?
- ¿Cómo me afectarían cada uno de ellos de 0 a 10?
- ¿Cuáles serían los posibles beneficios emocionales/ físicos/ profesionales / personales en cada opción?
- ¿Cuáles son las posibilidades de obtener los beneficios en cada caso de 0 a 10?
- ¿Cómo me beneficiarían de 0 a 10?
- ¿Me podría recuperar del peor desencadenante y tomar responsabilidad si me equivoco?
5. DISMINUYE LOS EFECTOS NEGATIVOS PREVINIENDO, REPARANDO Y PREPARÁNDOTE.
Prepárate para lo peor en cada caso y haz una lluvia de ideas de posibles acciones que podrías tomar para prevenir consecuencias negativas en cada opción y para repararlas en el peor escenario.
Recuerda considerar también como sentirías a largo plazo si no decidieras ‘nada’. La inacción tiene un coste.
6. ENAMÓRATE DE TU DECISIÓN
Una vez que hayas decidido comprométete con tu elección desde el amor, sabiendo que lo has hecho de forma consciente, si te equivocas habrás ganado el aprendizaje.
Cuando te comprometes liberas energía de la duda. Con decisiones más pequeñas se ve claramente: Si yo me comprometo a desayunar fruta todas las mañanas, voy a comprar fruta de calidad en vez de comprar fruta barata y un paquete de galletas por si acaso, de esta manera no voy a perder energía por las mañanas decidiendo si desayunar fruta o galletas, ya está decidido. Si yo me comprometo con escribir artículos los lunes y viernes no voy a perder energía durante la semana decidiendo cuando sentarme a escribir, ya está agendado.
Estos seis pasos me han ayudado a tomar decisiones realmente difíciles para mi, y espero que te ayuden a ti también. Te dejo con una pregunta que te puedes hacer en cualquier momento:
‘¿Quién me está moviendo a elegir: ‘El miedo o el amor’?’
Te invito a que sea el amor la parte de ti que elija.